jueves, 8 de agosto de 2013

Te amé primero. CAPITULO 14


La mañana pasó realmente despacio, solo podía pensar en el desastre que sería juntar a mi hermanastra y a mi novio, su ex novio, en la misma habitación. Él quería evitar a toda costa a Georgia creo que está un poco asustado por lo que ella pueda a llegar a hacerle y según lo que me había dicho Marcel mi hermanastra le odiaba, pero hay una delgada línea entre el amor y el odio.
-¿Qué le dirás a tu padres Lexi?-Marcel me miraba mientras se metía en tenedor en la boca. Habíamos decidido ir a comer a un italiano cerca del instituto, necesitaba pensar en lo que iba a hacer con mi vida a partir de este fin de semana. Por mucho que me mudara con Marcel mi padre seguiría insistiendo en ir a comer el lunes, aunque era solo un día podían pasar muchas cosas. Me gustaría dejar de pensar, pero no podía.
-Le diré que me voy con un amigo a pasármelo muy bien.-Levanté la vista hacia sus ojos y le dediqué una sonrisa.-Bueno, en realidad pienso decirle que no quiero compartir casa con Georgia. Sinceramente no me importa que sea actriz porno, pero… es que es tu ex novia y no quiero ni verla ni que la veas, eres mío.-Bajé la vista, ahora estaba mirando mi plato, enrollando los tallarines en mi tenedor.
-Yo tampoco quiero verla, quiero ser tuyo conlleve lo que conlleve y si eso significa no ver a Georgia me parece una ventaja más para querer ser tuyo.-Tenía su brazo a través de la mesa y su mano levantando mi barbilla obligándome a mirarle a sus ojos verdes. Me guiñó el ojo derecho y quitó la mano de mi barbilla para seguir comiendo.-Y Lexi, yo tampoco quiero que la veas, eres mía.-Marcel siempre sabía que decir y cuando decirlo, y esa cualidad no la tenía todo el mundo. Por ejemplo, Georgia no la tenía.
Después de comer nos despedimos, era mejor ir sola a hacer las maletas y además tenía que coger el coche. Abrí la puerta de mi casa, hoy estaba especialmente fría aunque quedaban apenas dos meses para verano. Crucé la gran casa hasta las escaleras de madera intentando no hace mucho ruido, en realidad no quería dar explicaciones a mi padre y menos a Verónica. Me metí en mi cuarto y cerré la puerta con cuidado. Me puse contra la puerta e inhalé, sentía que sería la última vez que pisara esta habitación, la habitación que había tenido durante mis dieciséis años, don había besado la primera, donde había perdido mi virginidad, donde había besado a Marcel por primero vez.
Rápidamente quité esos recuerdos de mi cabeza y me puse a meter ropa dentro de las maletas, no me molesté en doblarla ya que en cuanto llegara a casa de Marcel la colocaría toda en algún armario. Las cerré y me dirigí hacia mi coche no sin antes mirar por ultima vez mi habitación. Bajé las maletas y me dirigí hacia la puerta.
-¿Adónde vas Lexi?-Mierda, me di la vuelta lentamente y ahí estaba mi padre, de pie y con los brazos cruzados.
-Hola papá. Verás… me voy a ir a vivir durante un tiempo con Marcel porque he decidido que aunque tenga dieciséis años es lo que quiero, espero que lo comprendas porque es lo que pienso hacer.-Lo solté todo de golpe e intenté abrir la puerta pero él se puso en medio.
-Lexi, tienes que entender que no te puedo dejar hacer eso, solo porque tu quieras.-Empezó a levantar un poco la voz.-¿Hay algo que no me hayas dicho?-Me había pillado. Cogí aire e intenté explicárselo.
-Vale, me has dicho que el lunes Georgia se muda aquí y yo no quiero verla porque… porque es la ex novia de Marcel, mi novio, y no acabaron muy bien. Pensé que sabrías quien era Marcel, porque seguro que Georgia lo había traído a casa.-Mi padre se pasó una mano por el pelo y me abrió la puerta.
-Lexi,-Me interrumpió justo antes de que saliera-tienes que venir a visitarnos una vez a la semana, sola o acompañada me da igual.
-Vendré sola obviamente, y solo si me ayudas a subir las maletas al coche.-Le dediqué una sonrisa y él empezó a subir las maletas al coche. Yo ya estaba dentro del coche para irme a casa de Marcel, cuando me di cuenta de que era mi papi, era la única persona que se ha encargado de mi en los últimos diez años.-Te echaré de menos papá.
-Yo también princesita.




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lunes, 5 de agosto de 2013

Te amé primero. CAPITULO 13


Estaba contándole la noticia a Marcel cuando se empezó a poner pálido. Nunca lo había visto así, parecía que no estaba aquí y que hasta le costara respirar. Estaba empezando a preocupar tanto a mí como al corro de alumnos que estaban a nuestro alrededor.
-¿Qué te pasa Marcel? Me estás preocupando.-Solo podía agitar su brazo para que volviera a la realidad, a mí. De repente volvió y me agarró del brazo.
-Lexi, tengo que contarte una cosa. Ven.-Apretó su agarre y tiró de mí mientras me miraba suplicante. Me estaba asustando pero conseguí que mi cuerpo se moviera para seguir a Marcel.
Entró al instituto y vi como la gente se disipó y volvió a hacer lo que estaban haciendo antes de rodearnos. Iba ágil por los pasillos sabiendo exactamente a dónde se dirigía, no estaba perdido como aquel día en el que nos encerramos en aquel cuartito. Llegamos al baño de chicas y me arrastró hacia el interior. Sinceramente me estaba preocupando.
-Lexi, conozco bien a tu hermanastra. Estuvo saliendo conmigo durante un tiempo hace un año.-Miraba al suelo mientras se pasaba una mano por el pelo.-Ella no se tomó muy bien que cortáramos y no me lo perdonado todavía. Sigo recibiendo mensajes de su número.-Ahora fui yo la que empezó a palidecer. Me senté en el suelo y apoyé la cabeza en la pared para poder mirarlo a los ojos que ahora si que me miraban.
-¿Qué?-Empecé a reírme pero era una risa nerviosa, no podía creerme lo que me estaba diciendo. Mi hermanastra, la actriz porno, había salido con mi novio.-No creo que mi hermanastra se atreviera a salir con un friki, arruinaría su reputación.-Se rió, lo que hizo que su expresión se relajara un poco.
-Lexi, yo no soy ningún friki. Empecé a vestir así para alejar a gente como tu hermana de mi vida, no por nada, simplemente no quería problemas.-Yo había bajado la cabeza, quería pensar sobre lo que me acababa de decir porque no entendía nada.
-Marcel, ¿te puedo preguntar una cosa?-Se sentó a mi lado y me agarró las manos. Sabía que yo no esperaba una respuesta, pero aún así asintió.-¿Cómo conociste a mi hermanastra? ¿Eras actor porno o algo?-Sonrió y me miró a los ojos aunque yo tenía la cabeza gacha.
-Eso son dos preguntas nena. ¿A cuál quieres que te conteste?-Me había vuelto a llamar nena, me estaba empezando a gustar ese apodo. Sonreí y levante la vista para verlo ahí, a cinco centímetros de mi cara. Me acerqué a sus labios, podía sentir su aliento entrar en mi boca, olía a menta, un olor que se me había hecho muy familiar en las últimas tres semanas .Me mordí el labio.
-Prefiero que me contestes a la primera. La segunda la veo más como una ventaja.-Dije a dos milímetros de su boca. Inmediatamente me cogió de la cintura y  me puso encima suyo. Empecé a pasar las manos por su pelo mientras el seguía agarrándome de la cintura tan fuerte que parecía que tuviera miedo de que me escapara.
-¿Y cómo quieres que te lo explique? ¿Así?-Empezó a susurrarme a milímetros de mi boca como yo lo había hecho antes.-¿O así?-Susurró en mi oído dándome un cálido beso detrás de la oreja después de cada palabra. Estaba mandando un hormigueo por todo mi cuerpo hasta mi entrepierna. Puse las manos a ambos lado de su cara y alejé la mía hasta que pude ver la suya completamente.
-Así.-Quitó sus manos de mi cintura y agarró las mías de su cara para tirar de mi hacia él pero paró justo antes de que nuestros labios se rozaran. Podía sentir los latidos de su corazón y como su respiración se incrementaba al igual que la mía. Le miré a los ojos y vi la lujuria en ellos.-Marcel, ¿me vas a contestar?
-Claro nena.-Tomó una gran bocanada de aire y siguió hablando.-Cuando me mudé al centro de Londres me enamoré de una chica. Siempre la veía debajo de un árbol, al principio estaba sola, pero luego comenzó a estar acompañada por un chico. Desde que me di cuenta de que me gustaba empecé a seguirla desde el colegio a su casa. Estuve dos años haciendo eso hasta que me descubrió Georgia. Ella no me dijo nada por seguir a esa chica, solamente empezó a saludarme, empezamos a hablar y un día me besó, y al siguiente y al siguiente. Me gustaba como me besaba, como se podía pasar horas y horas todos los días besándome así que decidí pedirle salir para olvidarme de aquella chica. Puede que fuera cruel, pero me acabó gustando tu hermana. Pero hace un año todo cambió, empezamos a pasar menos tiempo junto. Me dijo que era un secreto lo que hacía mientras yo estaba en el instituto, pero un día me enteré de que era actriz porno, no pude superarlo y la dejé.-No sabía que decirle, no tenía palabras.-Nena, di algo. Me miraba preocupado con sus manos en mi cara.
-Marcel, no quiero ir a mi casa mientras ella esté ahí, no puedo.-Asintió y me besó.-¿Puedo quedarme en tu casa?-Me dio la sensación de que estaba llorando, pero no salía ni una lágrima de mis ojos.
-Vale, luego iremos a por tu cosas. Ahora hay que ir a clase.-Se levantó conmigo en brazos y me dejó lentamente en el suelo pero no me soltó de la cintura.-Ahora relájate nena o te comerán las zorras.-Por primera vez en toda la mañana le dediqué una sonrisa.




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domingo, 4 de agosto de 2013

Te amé primero. CAPITULO 12

Ocho años antes.

Mi padre acaba de morir asi que mi madre a decidido que nos mudemos al centro de Londres. Me ha costado mucho dejar Holmes Chapel  pero mi madre dice que haré muchos nuevos amigos en alli, pero se que ninguno será como Harry, el siempre será mi mejor amigo y Anne la mejor mama de mi amigo, nadie va a poder reemplazarles.

Mi casa nueva es... ¿pequeña? Por lo menos en comparación con mi antigua casa. Vivimos en un quinto piso de un gran edificio al lado del Támesis,  un buen lugar según mi madre. Mañana empiezo el colegio después de haber pasado un mes y medio en mi nueva casa.

*

Ha pasado una semana desde mi primer dia en el colegio. Los niños y los profesores me han acogido muy bien en la clase y ya he hecho un par de amigos. Pero eso no me ha importado desde que vi a esa chica. Es muy bonita, siempre lleva su pelo rubio en un lazo rosa pero suele estar triste y eso no favorece a sus ojos azules. No puedo dejar de mirarla en los recreos, siempre debajo del mismo arbol, siempre sola.

-Jonh, ¿Cómo se llama esa chica?-Señalé al árbol donde se sienta todos los días.

-Se llama Lexi, pero no hables con ella, es un bicho raro. Además un chico de 5° esta por ella asi que si no quieres pelea no hables con ella.

-Va-vale... Tampoco iba a hablar con ella...-Y no lo hice.

Casi acabando el curso el chico de 5° se sentaba con Lexi en su árbol y la acompañaba a clase agarrandola la mano. También vi como se hacia mayor y como paso de darle la mano a besarle cada vez que entraba a clase, como llego el ultimo curso de el y como volvió a estar sola debajo de ese árbol, como sus ojos se llenaron de tristeza poco a poco. Todo ese tiempo la estuve viendo desde el campo, siempre enamorado.




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jueves, 1 de agosto de 2013

Te amé primero. CAPITULO 11


El sol me empezaba a molestar a través de mis párpados así que abrí los ojos. Habíamos echado la cortina ayer por la noche pero era muy fina y los rayos de penetraban por toda la habitación. Intenté moverme pero la pierna de Marcel me aplastaba y su brazo sobre mi estómago me apretaba hacia él, estaba inmovilizada. Sonreí, sinceramente no tenía ganas de moverme así que me acomodé en el brazo que tenía bajo mi cabeza. Era la primera vez que dormía con un chico después de tener sexo, siempre los echaba después, pero hoy me sentía bien, estaba con mi novio.

-Buenos días nena.-¿Había mencionado que era como treinta centímetros más bajita que él? Creo que de ahí venía mi nuevo apodo. Intenté darme la vuelta pero no podía, me tenía agarrada fuertemente.

-Buenos días amor. Te daría un beso pero no puedo.-Dije intentando darme la vuelta de nuevo. En menos de un segundo mi boca ya estaba en la suya. Adoraba su sabor, adoraba como nuestras bailaban juntas y sobretodo adoraba como me tocaba cuando nos besamos.

-Marcel, me voy a duchar. ¿Haces el desayuno?

-Vale, ¿pero sabes qué? Me encanta el sexo matutino.-Dijo con una sonrisa pícara y volvió a besarme. Estábamos de suerte daba la casualidad de que a mi también.

*

-Nena, eres la mejor.-Dijo dándome un suave beso en la boca.

-Lo sé. Ahora si que voy a ducharme.-Le devolví el beso y me levanté de la cama dirigiéndome al baño.

-Lexi.-Me apoyé en el marco de la puerta del baño que estaba dentro de su habitación para admirar mejor a mi novio. Lucía como un verdadero actor porno, estaba desnudo apoyándose sobre sus codos encima de la cama y un poco erecto todavía. Le sonreí.

-¿Qué?

-Yo también necesito una ducha. ¿Nos bañamos juntos?-Ya estaba caminando hacia el baño y cuando llegó a mi me acarició la mejilla. Este chico hacía que me derritiera.

-Bueno, no puedo pensar con el estómago vacío.-Le guiñe un ojo y cerré la puerta del baño.


*Narra Marcel*

Esa chica, la que estaba apoyada en el marco de la puerta, era mía. No me lo podía creer, después de ocho años lo había conseguido, Lexi era mía por fin.

-Yo también necesito una ducha. ¿Nos bañamos juntos?-Me acerqué a ella y le acaricié la cara. Sonrió y me miró de forma pícara.

-Bueno, no puedo pensar con el estómago vacío.-Me guiñó su perfecto ojo azul y entró al baño.

Nos pasamos todo el día dentro de mi cama hablando de todo y de nada, contándonos cualquier cosa sin importancia. Me dolió mucho llevarla a su casa pero tenía que hacerlo, mañana había colegio y ella tenía que coge su uniforme y guardar las apariencias con sus padres. Realmente no sabía que apariencias porque su padre ya me había visto tocarle el culo a su hija.

La semana siguiente pasó muy rápido. Tuve que acostumbrarme a escuchar cosas como “a ese le hacía yo un par de favores”, Lexi se había empeñado que no volviera más con las pintas de friki que llevé durante el primer mes así que me vestí con mi ropa. Pero todo valía la pena porque cuando llegaba al instituto ahí estaba Lexi esperando con una sonrisa en la puerta para entrar juntos al instituto.

-Marcel.-Hoy estaba seria y eso que era viernes.

-¿Qué te pasa Lexi?-Me estaba preocupando, nunca la había visto tan seria.

-Marcel, mi padre me acaba de decir que la hija de Veronica se muda con nosotros y quiere que vayas el lunes a comer a nuestra casa, básicamente ya eres de las familia.

-¿Y qué hay de malo en eso Lexi?

-Qué le hija de Veronica se llama Georgia y por tu cara creo que ya sabes quién es al igual que todos los hombres del Reino Unido.-Claro que sabía quién era. La famosa actriz porno y mi ex novia.




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martes, 30 de julio de 2013

Te amé primero. CAPITULO 10


Me agarró por los muslos y yo pasé mis piernas por sus caderas mientras pasaba mis manos por su pelo. Seguíamos besándonos pero ahora nuestros besos eran exigentes, necesitábamos más. Marcel nos dirigía a su habitación atrapándome entre él y la pared de vez en cuando.

-Te deseo.-Es lo único que conseguí decirle antes de que me tirara encima de su cama, se pusiera encima mío y volviera a besarme. Recorrió mi mandíbula hasta mi oído con la lengua para bajar al cuello dejando un rastro de besos.

-Yo también te deseo.

Empecé a desabrocharle camisa mientras él seguía besando mi cuello, fui pasando mis manos por sus cuerpo disfrutando de sus abdominales y parándome en cada tatuaje hasta llegar a sus hombros para quitarle la camisa por completo. Disfruté de su espalda manteniendo contacto con sus ojos mientras él acariciaba mi cuerpo con suavidad parándose en mis pechos para quitarme la camisa. Estábamos desnudos de cintura para arriba y yo estaba desabrochando su pantalón para liberar esa erección que me estaba apretando la pierna cuando cogió mis manos y las sujetó por encima de mi cabeza mientras empezó a esparcir besos por todo mi cuerpo comenzando por mi cuello bajando por mis pechos donde se ensaño con cada uno de mis pezones, besándolos, mordiéndolos y chupándolos enviando placer al interior de mis piernas. Siguió por mi estómago y acabó con el interior de mis muslos. Ya no me agarraba de las muñecas para mantener mis brazos en alto, ahora tenía sus manos en el elástico de mi tanga y me miraba a los ojos con deseo. Aproveché para desabrocharle el botón del pantalón y bajarlo hasta donde dieron mis brazos, él hizo el resto. Ahora me tocaba a mí tomar el control y disfrutar un poco de mi novio. Nos di la vuelta y empecé a chupar cada uno de sus tatuajes mientras pasaba mis manos por todo su tonificado cuerpo hasta llegar a sus calzoncillos. Al tocar la tela mi piel se puso de gallina, era la primera vez que me pasaba ¿qué un chico me pusiera la piel de gallina? Pero tenía que seguir, esto ya lo había hecho antes. Bajé sus calzoncillos y empecé a bajar mis besos hasta su estómago. Después comencé a chupar, al principio lentamente, pero luego aumente la velocidad y solo oía a Marcel gemir. Iba a acompañar el trabajo de mi boca con mis  manos, pero él no me dejó, se puso encima y comenzó a bajar mi tanga lentamente. Después de eso sentí humedad y un enorme placer, se estaba ensañando con mi clítoris. Sentí un enorme orgasmo construirse en mi interior, no sabía de donde había sacado a este dios del sexo.

-Ya, Marcel hazme el amor.-Dije con un hilo de voz. Fue dejando un camino de besos por todo mi cuerpo hasta mi boca.

-¿Estás segura?-Me reí.

-Marcel, ya te he dicho que no soy virgen. Solo siento placer.-Dije guiñándole un ojo.

Me relajé y empezó a penetrarme lentamente. Dios si estaba preparada, lo necesitaba ya. Empecé a gemir y Marcel aumentó el ritmo. Las embestidas eran cada vez más fuertes y más duras, el orgasmo estaba tratando de salir mientras mis paredes se endurecían y sabía que Marcel lo estaba notando porqué empezó a gemir cada vez más fuerte. Me agarré fuertemente a las sábanas y grité mientras me liberaba, Marcel me embistió un par de veces, más antes de soltar su liberación dentro de mí. Salió lentamente y se puso a mi lado.

-Definitivamente ha sido el mejor de toda mi vida.-Dijo exhausto.

-Bueno… yo los he tenido mejores, pero me conformo.-Dije riéndome a lo que él me siguió porque sabía que mentía. Definitivamente era un dios del sexo.

Estábamos abrazados en la cama cuando sonó el timbre. Mierda la pizza. Empecé a sentir hambre y vi como Marcel se levantó, se puso un calzoncillo. Y salió de la habitación. Minutos después volvió con una caja de pizza y sin calzoncillos.

-¿Vamos a comer aquí?

-Sí, ¿por qué no?

-Vale, tengo hambre. Como huele. Mmm…




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